La tarde del viernes 4 de diciembre de 2020 se apagó la luz del charrazo Don Lorenzo Ríos López, quien era considerado “El Rey Midas” de la Charrería, y con su deceso comenzó la leyenda.
En vida, además de gran charro y mejor amigo, Don Lorenzo fue uno de los mejores arrendadores del país, sino es que el rey de la especialidad de la suerte de cala de caballo, además de ser ocho veces campeón nacional de esta suerte y tres veces por equipos con los Charros de Pátzcuaro, Michoacán, y una más con Tres Regalos de Quintana Roo.
Nació el 10 de agosto de 1958 en San Miguel de Allende, Guanajuato. Contrajo nupcias con la señora Doña Martha Elba Esquivias García (que en paz descanse), con quien procreó a sus hijos Martha Elba, Lorenzo Alfonso, Mauricio Alejandro y María Fernanda Ríos Esquivias, todos de grato renombre en el deporte charro.
Poco antes de su partida, el 23 de noviembre de 2019 recibió la presea Espuela de Oro, la máxima distinción de la Federación Mexicana de Charrería, de manos del entonces presidente, ingeniero Leonardo Dávila Salinas; el 5 de septiembre de 2021 se le realizó un sentido homenaje en el cual recibió también la Herradura de Oro a título póstumo, y para redondear fue entronizado al Salón de la Fama de la Charrería el 26 de enero del 2022.
Así se pueden resumir los logros de su intensa carrera deportiva que no tiene fin y que al igual que su señor padre, Don José Guadalupe Ríos Estrada, dieron mucho de qué hablar en el único deporte nacional mexicano por excelencia.
Don Lorenzo Ríos López dio mucho de qué hablar en la asociación Charros de Pátzcuaro, equipo de Don Gabriel Ochoa Alcázar, elenco con el que se coronó campeón nacional en tres ocasiones: Aguascalientes 1980, Guadalajara 1981 y 1984; ya en el nuevo siglo cosechó otro título nacional en Jalisco 2014, militando con los Tres Regalos de Quintana Roo.
Este escuadrón lo integraron grandes de la charrería nacional de su tiempo como Gerardo Guerra Velázquez, Jaime Vallecillos, Nicolás Flores Juárez, Enrique Ramírez, Octavio Ochoa, Lorenzo Ríos López, Alfonso Rojas, Gustavo Cano y sus hijos Fernando y Antonio, así como Roberto López.
Don Lorenzo siempre tenía una sonrisa a flor de labios y era muy amiguero, además de ser bastante solicitado por su labor con los caballos, pues gracias a ello recorrió gran parte de la geografía de la República Mexicana y más allá de las fronteras.
Con su muerte comenzó la leyenda. Falleció el viernes 4 de diciembre del 2020, a la edad de 62 años, dejando un legado importantísimo en la charrería contemporánea, bien continuado por sus hijos, Lorenzo Alfonso (en paz descanse) y Mauricio Alejandro Ríos Esquivias, manteniendo viva la llama de la dinastía Ríos en el deporte nacional.