Don Gabriel Valenzuela Gómez de Querétaro fue un apasionado de la charrería y eso heredó a su familia, habiendo ingresado al Salón de la Fama de la Federación Mexicana de Charrería en abril de 1997.
Nació el 14 de septiembre de 1927 y el Supremo Caporal lo llamó de este mundo a su presencia el 8 de enero de 1995.
Su lema fue “La Amistad más Grande la da, el que da la Vida”, palabras que siguen muy vigentes en el más mexicano de los deportes. Otros de sus dichos fue “Jinetes en algodones y más que en algodones”, el periodismo u otra frase que se plasmó a mediados del año pasado en una puerta del ruedo, cuando festejaron el centenario de la asociación: “Aquí enterré mi vida y mi dinero, si es que alguna vez lo tuve”.
Además de próspero empresario, alternó el comercio con la charrería, misma que heredó de sus antepasados, don Rafael Valenzuela Terán y doña Mercedes Gómez Centeno.
Gabriel Valenzuela Gómez contrajo nupcias con Graciela Haro Solís, oriunda de La Barca, Jalisco, y fruto de esa unión nacieron sus hijos Mercedes, Gabriel, Salvador, José Juan, Luz María, María Concepción y “Chelita”.
Le tocó el honor y la dicha de inaugurar el lienzo charro “Javier Rojo Gómez” de Constituyentes 500, en la Ciudad de México, Estuvo federado por 60 años, habiendo iniciado con Hacienda Galindo y casi toda su carrera deportiva con los Regionales de San Juan del Río.
Su palmarés es impresionante y destacar infinidad de reconocimientos por el apoyo a escuelas, autoridades municipales y estatales, así como organismos no gubernamentales, habiendo sido por casi cuatro décadas presidente de los charros sanjuanenses en dos periodos.
Con su hermano Jorge ideó el Campeonato de La Amistad en el año 1982 y siempre advertía “Sin periodismo no hay charrería”.
Organizó dos campeonatos nacionales en Querétaro en los años 1984 y 1994 y siempre bien arropado por figuras de la charrería del país, como don Jesús Muñoz Ledo Cabrera, don Juan Rullán y el mismo don Salvador Urbiola Ballesteros, por mencionar solo algunos.
Amén de apoyar enormidades a las escaramuzas, especialmente a Las Palomas de San Juan del Río, siendo piales, colas y ternas las suertes favoritas de don Gabriel Valenzuela Gómez, donde logró cetros nacionales individuales.
Cuando siendo Jorge Delgadillo Guerrero y José Huerta Rivera ocuparon la presidencia de la Federación impusieron condecoraciones a don Gabriel, y en 1989 el entonces Gobernador de Querétaro, Mariano Palacios Alcocer, lo distinguió como El Mejor Deportista del Estado.