Parte vital en la charrería, sin duda, es la silla de montar y es el tema que traemos a colación este jueves de cultura.
El Consejo Nacional que encabeza el Ing. José Antonio Salcedo López, presidente de la Federación Mexicana de Charrería (FMCh), se ha dado a la tarea de que se conozca más de los arreos que se utilizan en el Deporte convertido en arte.
El Museo de FMCh también es itinerante y la idea es llegar a muchos rincones del país, desde Campeonatos Nacionales, Estatales y otros eventos oficiales, así como muestras especiales en algunos foros.
La montura tiene su historia y muchos encantos ocultos, pero, sin embargo, es menester que sobre todo las nuevas generaciones conozcan mucho más de ella.
En esta ocasión tenemos una silla charra de cantinas y bastos cuadrados, cincelada con remates en cordón y bordada con hilo de pita con monograma RH.
Cuenta también con herrajes parte forrado en cuero y estribos de acero, con incrustaciones de plata. Tiene un fuste de madera (palo fierro), con carona piteada y cincelada, además lleva un sarape rojo con grecas negras en “T”.
La valiosa pieza que pertenece al Museo de la Federación Mexicana de Charrería, fue donada por don Ruperto Huesca, de la Ranchería “Las Iguanas”, en el municipio de Vega de la Torre, en el pintoresco Estado de Veracruz.
La silla tiene más de 50 años y ni el paso del tiempo, la han hecho que pierda su originalidad, porque se mantiene intacta hasta nuestros días.
No solo por el deporte, sino por todo lo que rodea a esta disciplina, como talabarteros, piteadores, artesanos, cultura, historia y mucho más, es que la Charrería fue inscrita por la UNESCO en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad el primero de diciembre del 2016 en Etiopía.
En el Palacio de la Charrería en el Centro Histórico de la Ciudad de México, se encuentra el Museo y donde además de monturas, sombreros, trajes, herrajes, banderas, fotos, entre muchas cosas más, siempre estarán la silla charra.
El museo lo pueden visitar de lunes a viernes, de 10:30 de la mañana a las tres de la tarde y luego de 16 a 18 horas, con entrada gratuita y serán guiados por don Humberto Carmona, una eminencia en la historia, andanzas y anécdotas, una biblioteca viviente quien disipa todas sus dudas.
Se ubica en Isabel La Católica y José María Izazaga, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.