La Charrería es mucho más que un deporte, pues también es familia, valores, sociedad y cultura, así como integrante de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, a la que fue inscrita el 1 de diciembre de 2016 en Etiopía.
Los objetos y tesoros, testigos del intercambio cultural de la Federación Mexicana de Charrería, a lo largo de la historia, es extenso y están bien resguardados en una vitrina especial del Museo de la Charrería, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México.
Ahí están los intercambios que se han realizado con países de Sudamérica, como placas de reconocimiento de Venezuela, Chile, Argentina y Costa Rica.
Está un bosquejo que entregaron los gauchos argentinos a la charrería en 1964, nueve años antes de que abriera sus puertas el actual Museo de la Charrería; está fechado en diciembre de 1964, como muestra de sus atenciones y su paso por estos lugares argentinos.
También están guardados celosamente bajo llave, pero a la vista del público, algunos objetos originales como un bozal gaucho, un freno, un berrenque, una reata gaucha, espuelas chilenas, una manea, el juego del pato y hasta el libro de Martín Fierro.
En la parte alta, y a la vista de los distinguidos visitantes, está una litografía de un famoso caricaturista y muralista argentino Florencio Molina Campos, mismo que heredó el museo que lleva su nombre a la charrería mexicana.
Está un traje gaucho en el Museo Charro donado por los argentinos, además de fotografías e intercambio de banderas.
En octubre de 1980, en el Campeonato Nacional de Aguascalientes, hubo una visita de los gauchos, donde el entonces presidente de la Federación, José Yslas Salazar, dirigió unas palabras a la delegación sudamericana y escucharon atentos también los charros.
El Museo de la Charrería se encuentra instalado en el recinto del antiquísimo exConvento de Monserrat, en Isabel La Católica y José María Izazaga en la Ciudad de México, con entrada gratuita de lunes a viernes y con visitas guiadas por don Humberto Carmona Cobo, bajo la supervisión del Secretario de Cultura, Raúl García Gancedo.