Don Raúl Flores Dávila, el afamado “Viejillo”, a sus 74 años es miembro del Salón de la Fama de la Federación Mexicana de Charrería y del Paseo de la Fama de Jalisco, debido a su exitosa y dilatada trayectoria en el deporte nacional de México.

Vio la luz primera en 1949 en San Agustín, municipio de Unión de Tula, Jalisco, siendo el segundo de los once hermanos que procrearon sus padres, don José Asunción Flores López y doña Cecilia Dávila Rodríguez.

Ha sido un apasionado de la charrería toda la vida, habiéndose entregado en cuerpo y alma al deporte de sus amores, en el cual inició a los 13 años con la asociación Tapatía de Charros, y con ellos participó en su primer Congreso y Campeonato Nacional en Tepic 1967, actuando en las suertes de cala de caballo, jineteo de toro y paso de la muerte.

En 1974 estuvo con Capilla de Guadalupe y desde hace 48 años es maestro de charrería, habiendo pasado por sus sabios consejos varias generaciones.

Sus logros ahí están, ya que desde el primero de diciembre del 2020 está en el Palacio de la Federación Mexicana de Charrería y desde febrero del 2007 fue entronizado en el Paseo de la Fama del Deporte Jalisciense, además de ostentar la presea Espuela de Oro de la Federación.

De su amplio palmarés deportivo, hay que destacar muchos éxitos cosechados a lo largo de su vida, sin olvidar que en la charrería los máximos logros deportivos a los que puede aspirar un charro son ser integrante del equipo que obtenga el título de campeón nacional, obtener coronas individuales, obtener el título de campeón nacional completo.

En 1974 destacó con los Charros de Tala; Raúl Flores Dávila y Jesús Aceves Barba formaron una de las mejores mancuernas que ha dado la charrería en toda su historia.

En 1981 ganó su primer Campeonato Nacional de Charro Completo y con su equipo logró el cetro individual en colas con 40 puntos e impuso marca en la suerte en Monterrey. En Puebla 1982 logró subcampeonato de charros completos, detrás del mexiquense Ricardo Martínez Bisbal, y en Zapopan 1984 se coronó con 139 unidades, logrando el bicampeonato de la modalidad en Pachuca 1985, repitiendo la hazaña con 165 puntos.

También destacó como subcampeón nacional de cala en los campeonatos nacionales de  Toluca 1973 y Tepic 1975, monarca nacional de colas en Monterrey 1981, ese mismo año campeón nacional de charro completo, además de monarca en manganas a caballo.

Los piales lo vieron coronarse en Querétaro 1987 y con Alteña de Charros alcanzó la gloria nacional esa misma edición, logrando un título nacional más en Irapuato 1992 con Rancho El Soyate y dos años después con el Triángulo de los Arenas en Querétaro 1994; fue de nueva cuenta monarca nacional en el 2000 con Rancho Santa María en Pachuca y con los Tres Potrillos en Ciudad Juárez 2001.

En el Torneo Nacional de Charro Completo “Trofeo Capacha”, el 27 de enero de 1985 en Colima, se escribió la Gran Final del Charro Completo del Campeonato de Unificación, ante la presencia de la entonces gobernadora del Estado, Griselda Álvarez Ponce de León.

Tomaron parte en dicha competencia Raúl Flores Dávila (campeón del primer torneo Capacha); Antonio Mora (submonarca del segundo campeonato Capacha) y Gilberto Zamudio. El ganador de la justa fue Raúl Flores con 144 puntos, por 111 de Mora y 86 de Zamudio.

Su equipo Alteña logró el Cetro de Unificación con 263 puntos, ante 230 unidades de Jacona y 229 de los Charros de Jalisco.