Entre el enorme acervo histórico y cultural que se encuentra en exposición permanente en el Museo de la Charrería, destaca una colección de la fraternidad entre México y España.
Con más de medio siglo de fundación, el Museo de la Charrería de esta Federación alberga una inagotable colección de expresiones charras: monturas, fotografías, espuelas, frenos, chaparreras, banderas, albardas, pinturas y mucho más, historia que bien merece ser conocida sobre todo por las nuevas generaciones.
En las vitrinas del Museo de la Charrería están muchos recuerdos de España, como banderas, medallas, fotografías y más, que dan fe de la estrecha relación establecida por medio de las giras realizadas por los charros mexicanos a la Madre Patria a mediados de la década de 1960, siendo presidente de la entonces Federación Nacional de Charros (FNCH) el doctor José Yslas Salazar.
Dicha visita resultó todo un éxito ya que realizaron exhibiciones en Madrid, Toledo, Valencia, Alicante, Granada, Sevilla, Jerez de la Frontera y Cádiz, logrando llenos absolutos en todas las ciudades donde se presentaron.
Todos los ingresos recaudados por dichas exhibiciones fueron donado a sociedades benéficas en España, entre ellas la Basílica de Guadalupe y Huérfanos de la Policía Municipal de Madrid, el Instituto de Cancerología de Valencia, la Sociedad Benéfica para la Vejez de Sevilla, además de la Hermandad del Rocío y a las Madres Mercedarias en Jerez de la Frontera.
Por ese gesto, el alcalde de Madrid, don José Finat, conde de Mayalde, entregó al doctor Yslas Salazar la famosa Llave de la Ciudad de Madrid, un honor generalmente reservado para jefes de estado extranjeros de visita a España.
Entre los artículos recibidos por las autoridades españolas destaca un plato toledano damasquinado en oro, con la leyenda a la Federación Nacional de Charros de México, España y México a Caballo, el escudo de la FNCH y una herradura con la leyenda Asociación Española de Charros, coronado con el emblema de la monarquía hispánica.
Otro de los más importantes obsequios recibidos por aquella delegación fue la réplica de la espada de la reina Isabel La Católica, entregada por el alcalde de Toledo, don Luis Montemayor Mateo, tras la presentación de los charros en la antigua ciudad imperial el 9 de junio de dicho año.
Los éxitos cosechados por los charros mexicanos sirvieron para que fueran recibidos por el Generalísimo Don Francisco Franco Bahamonde, Jefe de Estado español, en su domicilio particular en el Palacio del Pardo, a las afueras de Madrid.
Es de reseñar que el Generalísimo, para sorpresa de los propios españoles, recibió a los charros mexicanos en el seno familiar y fuera de todo protocolo diplomático; incluso el nieto de Franco, Francisco Franco y Martínez-Bordiú, de diez años de edad a la sazón, portó orgulloso el atuendo charro mexicano.
A su regreso a México, la delegación pudo contar con lujo de detalles los pormenores de su exitosa gira por España, en la cual tuvieron diversas y clamorosas presentaciones en sitios históricos de la península como la antigua ciudad imperial, Toledo; Valencia, Alicante, Granada, Sevilla, Jerez de la Frontera y, por supuesto, Madrid.
Después, siendo presidente de FNCH el señor Jorge Delgadillo Guerrero se realizó otro viaje a España en 1977, y existen muchos y gratos recuerdos, como una placa conmemorativa de Zaragoza y otra de Cataluña.
Finalmente, el ejército español también agradeció la visita de los charros mexicanos a la capitanía general de Aragón, entregando una placa conmemorativa de la Agrupación Mixta de Encuadramiento nº. 5, parte de la Brigada de Infantería de Defensa Operativa del Territorio (BRIDOT V), de la V Región Militar, siendo entonces su comandante el teniente general don Manuel de Lara de Cid.