La Charrería es un deporte eminentemente familiar
La Charrería es un deporte eminentemente familiar

El 16 de diciembre de 1933 vio la luz primera la Federación Nacional de Charros, aunque el deporte mexicano ya tenía historia y tradición, siglos antes; su primer presidente fue don Silvano Barba González, de la Asociación Nacional de Charros, en el periodo de 1933-1937.

Desde entonces han pasado 90 años y contando. Nació por la inquietud de la charrería en el país de agruparse y organizar eventos oficiales, además de crear el primer reglamento de competencias.

Previo al nacimiento de la Federación Nacional de Charros, en un periodo de más de doce años se crearon las primeras asociaciones charras en distintos puntos del país, las cuales se unieron a finales de 1933 para integrar la actual Federación.

El 16 de septiembre de 1920 nacieron los Charros de Jalisco como asociación en la ciudad de Guadalajara, aunque no protocolizaron su acta notarial hasta veinte años después; al año siguiente se fundó la Asociación Nacional de Charros, el 4 de junio de 1921.

Aparecieron en escena los Charros de Morelia el 13 de marzo de 1922 y el mismo año, pero el 22 de diciembre emergieron los Regionales de San Juan del Río, Querétaro.

La lista creció y para el 29 de abril de 1923 apareció el Club Nacional de Charros Potosinos (Hoy Potosina de Charros); luego, el 8 de agosto del mismo año se fundó la asociación de Charros del Estado de México en la ciudad de Toluca.

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De ahí en adelante, creció el más mexicano de los deportes y en la actualidad agrupa a más de mil equipos charros, con alrededor de 500 elencos de la monta a mujeriegas, tanto en México como de 18 entidades de los Estados Unidos de América.

Se tiene el antecedente que la charrería nació, en Los Llanos de Apan, con lo cual se considera que Hidalgo es la Cuna de la Charrería.

Antes de fundar la Federación Nacional de Charros, ya había emergido el charro y matador de toros Ponciano Díaz, en la década de 1880, oriundo de Hacienda de Atenco en el Estado de México, además del afamado rejoneador poblano Ignacio Gadea, quien inventó la suerte de las banderillas a caballo en la década de 1850, siendo otros charros de época Agustín y Vicente Oropeza, Celso González, Vicente Conde y Manuel González Aragón.

La primera gira de charros que tiene memoria, fue una docena que viajó de Monterrey a Nueva York, siendo considerado su líder, Vicente Oropeza, quien actuó en la cuadrilla de Ponciano Díaz y le acompañó a España, como Campeón Mundial de Lazo.

Dos décadas después viajaron a París, siguiendo más excursiones a Estados Unidos, Argentina, Portugal, Colombia; Venezuela, Chile, Canadá y España.

Don Silvano Barba González, presidente de la Federación Nacional de Charros, junto al general Manuel Ávila Camacho, entonces Oficial Mayor de la Secretaría de Guerra y Marina, en 1934
Don Silvano Barba González, presidente de la Federación Nacional de Charros, junto al general Manuel Ávila Camacho, entonces Oficial Mayor de la Secretaría de Guerra y Marina, en 1934

En el año de 1933, la charrería fue una de las disciplinas fundadoras de la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME), que nació el 22 de julio de dicho año, junto con las federaciones de atletismo, béisbol, baloncesto, boliche, boxeo, caza y pesca, ciclismo, equitación, esgrima, tiro, exploradores, fútbol asociación, fútbol americano, frontón, gimnasia, natación, patines, sóftbol, polo, tenis, voleibol, regatas y bádminton.

Para la posterior formación de la Federación Nacional de Charros, el 16 de diciembre de 1933, hubo una convocatoria previa de la Confederación Deportiva Mexicana (CODEME), que transmitió un acuerdo del Presidente de la República, general Abelardo Rodríguez Luján, quien en agosto de 1933 había declarado a la Charrería como Deporte Nacional de México por decreto presidencial:

 

 

Ya en 1931, el ingeniero Pascual Ortiz Rubio, había declarado el traje de charro como atuendo nacional por medio de un decreto durante su gestión como Presidente de la República, y había decretado también destinar el 14 de Septiembre como Día del Charro, en honor a la asociación de Charros de Jalisco.

Posteriormente, en agosto de 1942, tras la entrada de México a la Segunda Guerra Mundial en el bando de los Aliados, el general Manuel Ávila Camacho, Presidente de la República en funciones, declaró a los miembros de la charrería como Reserva del Ejército Mexicano, en caso de invasión de fuerzas extranjeras del territorio nacional, en el arma de caballería.

Hoy, a 90 años del suceso histórico que generó la fundación de la actual Casa Rectora del Deporte Nacional de México, el actual Consejo Directivo Nacional de la Federación Mexicana de Charrería, que encabeza el ingeniero José Antonio Salcedo López, no quiere pasar desapercibida tan importante fecha y es momento de soltar los cohetones y que comience la fiesta.

Por eso y mucho más, la charrería no tiene límites y trasciende fronteras.